13 agosto, 2009

¿Cómo piensa un perro?


Por Valentina Müller y Rodolfo Gangas
Sí, tu perro piensa. Un perro es capaz de sentir un rango de emociones similar al de los humanos. Siente alegría al recibirte cuando regresas del trabajo, cuando juegas con él, o cuando disfruta de sus actividades favoritas. Al igual que tu, siente frustración cuando no comprende el mensaje de lo que se le está pidiendo, o cuando cree entenderlo y a cambio recibe un castigo. Sentirá soledad tambien ansiedad, sobre todo durante tus ausencias. Sentira excitación ante la inminencia de un juego, o al percibir tu llegada, o antes de su paseo. Siente también aprehensión ante un desconocidom esto lo hace tan bueno a la hora de cuidarnos. También siente miedo por las mismas cosas que podrían darte miedo a ti, y a veces por cosas que van más allá de su comprensión, como una explosión, o un paraguas que se abre. Siente tristeza al perder un compañero (cuántas historias hemos escuchado de perros que “mueren de tristeza” luego de morir su amo). También felicidad, al recostarse a tus pies o al apoyar su cabeza en tu regazo.

Sin embargo, un perro tiene su propia forma de razonar, y sus propios valores. Hay muchos puntos que nos hacen semejantes, porque en gran medida, ambos actuamos por conveniencia.

Hacemos lo que mejor nos funciona. En lo personal, no creo que los perros tengan la capacidad de distinguir entre “lo bueno” y “lo malo”, en los mismos términos que lo haríamos nosotros. También creo que sería materia de discusión hasta dónde nosotros, como humanos, tenemos la capacidad innata de reconocer buenos comportamientos de malos comportamientos, o si, por el contrario, se trata de algo impuesto culturalmente, como el “espacio de comodidad”. El espacio de comodidad es la mínima distancia entre dos personas en la éstas se sienten cómodas. En culturas como la latina, o las árabes, los espacios de comodidad pueden ser muy pequeños. Es común ver hombres abrazarse, o hablar a distancias relativamente cortas sin sentirse molestos. En otras culturas, como las sajonas, los espacios de comodidad son mucho mayores. Un norteamericano seguramente se sentirá muy incómodo si un árabe le habla a 15 centímetros de distancia. Este es un aprendizaje que depende enteramente del medio donde se fue criado y sus costumbres.

De manera similar, un perro (animal social) aprenderá a través del liderazgo de su manada humana o canina, asi aprendera a reconocer cuáles son los comportamientos aceptables, y cuales no.

Para el perro, existe una fórmula que nunca le falla: "Si me funciona, lo seguiré haciendo; y si no me funciona, no lo haré más".

“Funcionar” significa que el perro asocia un comportamiento con un resultado el cual considera una recompensa por realizar ese comportamiento. Veamos algunos ejemplos:

Ejemplo n1:
Comportamiento: El perro llora en la puerta
Resultado: El dueño abre la puerta y el perro puede ir al baño
¿Le funciona?: ¡Sí! El perro sabe que la próxima vez que llore en la puerta, el dueño vendrá a abrirle.

Ejemplo n2:
Comportamiento: El perro brinca sobre las visitas, buscando atención
Resultado: A muchas visitas les desagrada que el perro brinque. Les hacen una rápida caricia para que se baje
¿Le funciona? ¡Sí! El perro obtuvo la atención que quería, y volverá a brincarle a la próxima visita que llegue a la casa

Ejemplo n3:
Comportamiento: El perro pide comida durante la cena de sus dueños
Resultado: Los dueños lo ignoran y no obtiene comida
¿Le funciona? No funciona. Eventualmente el perro aprenderá que en la mesa no hay comida que sea para él.

Ejemplo n4:
Comportamiento: El perro está en la cocina, mientras se preparan los alimentos
Resultado: Caen restos de comida al piso, y el perro se apura a comerlos
¿Le funciona? ¡Si! El perro esperará siempre en la cocina a que caiga algo de comida

Podemos concluir que con el correr del tiempo, el perro aprende que determinadas conductas funcionan, y otras no. Al perro no le importará si esos comportamientos no son aceptables para nosotros pues no hemos sido capaces de transmitirle al perro de manera clara que esos comportamientos no funcionan.

El perro siempre tenderá a repetir aquellos comportamientos que le funcionan, mientras que desistirá o eventualmente de aquellos comportamientos que no dan ningún resultado. Es importante mencionar que un perro considera que su comportamiento funciona no sólo cuando obtiene lo que buscaba, sino cuando obtiene cualquier cosa a cambio que él considere una recompensa.

Hay muchas cosas que el perro considera como recompensa, y cada perro asigna un orden de preferencia a dichas recompensas. Un orden típico es:

• Comida y “golosinas”

• Juguetes

• Elogios

• Que le hablen como bebé

• Caricias

• Juegos

• Atención positiva en general

• Que lo miren

• Atención negativa

Notarás aquí que he agregado atención negativa a la lista de recompensas, algo que a mucha gente sorprende. Imagina el siguiente escenario:

El perro pasa solo la mayor parte del día. Cuando el dueño llega a casa, lo regaña porque brinca, por querer lamer su cara, y también por insistir en que lo lleve a dar un paseo. Durante el paseo, el dueño lo tira de su correa en castigo por adelantarse y jalar, o por retrasarse, o por oler un árbol. De regreso en la casa, el dueño no presta mayor atención a su perro, excepto para regañarlo por algún mal comportamiento. Debido a que el perro recibe casi exclusivamente atención negativa, éste preferirá este tipo de atención antes que se lo ignore por completo, ¡por lo cual considerará la atención negativa (los regaños del dueño) como una recompensa! Esto significa que el perro tenderá a repetir precisamente aquellas conductas que disgustan a su dueño, pues ha encontrado el perro la forma de obtener atención de su parte. Los regaños no son la atención que el perro preferiría, pero la aceptará antes que nada.

Por supuesto que lo anterior no es la descripción de un perro feliz. Sin embargo, ¿cuántas personas conocemos que viven quejándose de sus perros, cuando todo lo que hacen es regañarlos constantemente, y casi nunca les ofrecen ningún otro tipo de atenciones? No se dan cuenta que son ellos mismos quienes causan que esos malos comportamientos se perpetúen.

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